Entre Windows 7 y Windows 8 pasaron casi tres años. Entre Windows
Vista y Windows 7, el plazo fue de dos años. Pero entre la próxima
versión de Windows y Windows 8 no pasarían sino unos meses. Eso, al
menos, es lo que dice un rumor dado a conocer esta semana por ZDNet y The Verge: que Microsoft estaría pensando en lanzar una actualización de su sistema operativo a mediados de 2013.
La nueva entrega tendría ‘Windows Blue’ por nombre clave. Algunas
versiones hablan de que sería una actualización mayor, con nuevas
funcionalidades y una nueva interfaz de usuario; mientras otras dicen
que sería algo un poco más grande que un ‘Service Pack’. En lo
que todas coinciden es en que sería lanzado el próximo año y que
marcaría el comienzo de un nuevo modelo de actualizaciones de Windows.
Ese modelo consistiría en que, en lugar de cobrar por un nuevo sistema operativo -como era en el pasado-, las mejoras de Windows serían baratas o incluso gratuitas, y saldrían en períodos cortos de tiempo. Es un esquema modelado con base en el mundo móvil, y les ha funcionado a Apple y a Google.
Cuando Blue salga al mercado, Microsoft dejaría de aceptar
aplicaciones creadas para Windows 8 y solo recibiría en su tienda de
aplicaciones software compatible con el nuevo sistema operativo. Eso no
quiere decir que las apps de W8 no puedan ejecutarse en Blue, pues el SO
sí sería compatible con ellas. Es el mismo estilo de Android, por
ejemplo: hay apps que solo corren en versiones superiores a Ice Cream
Sandwich.
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