Sé lo que están pensando: la carga inalámbrica no es nada nuevo. Modelos como el Nokia Lumia 920 y el Samsung Galaxy S III
ya son compatibles con cargadores que no necesitan conectar un cable al
dispositivo para funcionar, pues lo hacen solo al poner el teléfono
sobre una superficie. Pero lo nuevo de esta solicitud de patente de Apple consiste en que promete hacer que el proceso sea aun más simple.
La tecnología actual es de carga inductiva, y requiere que el dispositivo esté muy cerca del cargador. La patente solicitada por Apple comprende un proceso denominado ‘resonancia magnética de campo cercano’, que permitiría
crear áreas de carga de un metro alrededor de un ‘hotspot’ de energía,
lo que haría posible recargar los dispositivos sin que el usuario haga
nada.
Wired dice
que, además de los evidentes beneficios que traería el tener todos los
dispositivos cargados todo el tiempo sin que el usuario deba preocuparse
por ello, también sería una tecnología amigable con el medio ambiente
gracias al ahorro en baterías de algunos periféricos, como ratones,
teclados o parlantes, que siempre estarían cargados y ya no necesitarían
de pila.
¿Idea no original?
El sitio británico The Register afirma que la solicitud de Apple no muestra una idea tan novedosa. Esa
misma premisa de cargar los dispositivos mientras están -por ejemplo-
en el bolsillo del usuario ya había sido expuesta por la Alianza por la Energía Inalámbrica,
un conglomerado de fabricantes y creadores de tecnología en el que
participan, entre otros, Qualcomm y Samsung, el mayor rival de la
manzana en la guerra de patentes.
Tanto la Alianza como uno de sus competidores, el Consorcio por la Energía Inalámbrica,
están desarrollando estándares de nueva generación para la carga
inalámbrica que permitirían funcionalidades similares a las que Apple
promete en su patente. Cada uno de estos conglomerados, entre otros más,
cuenta con grandes nombres de la industria móvil, como operadoras y
fabricantes de dispositivos y de partes.
Esta situación le abre la puerta a dos escenarios adversos para los consumidores. El primero de ellos es que haya una guerra de estándares, algo así como un Beta vs. VHS de la carga inalámbrica. Esto
haría que los dispositivos de ciertos fabricantes no puedan ser
cargados con los cargadores de especificaciones diferentes, con los
consecuentes dolores de cabeza que esta clase de conflictos representan
para los usuarios.
De hecho, algo así ya ocurre hoy: como cuenta CNET, algunos
dispositivos no son compatibles con las estaciones de carga que ofrecen
sus propios operadores, pues unos y otros son de estándares diferentes.
El segundo problema ya lo conocemos también. El sitio británico advierte de una “guerra de patentes”
entre Apple y cualquiera de estos consorcios, que también cuentan con
una batería de propiedad intelectual para defender sus ideas.
Sin embargo, para que esto ocurra la patente de Apple primero debe ser
aprobada, y segundo, debe convertirse en un estándar viable y lo
suficientemente lucrativo como para que valga la pena llevar un caso de
estos a las cortes.
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