El retraso en el lanzamiento de los
Broadwell ha juntado en el tiempo ambas plataformas y como la situación
de AMD no aprieta a Intel, quizá el gigante apueste únicamente por los
Skylake para el escritorio.
La próxima gran arquitectura de
Intel, “Skylake” viene a ser la sexta generación, que sucederá a “Broadwell”
tras su corto tiempo en el mercado. El Core i7-6700K basado en
Skylake-D parece ser el elegido para abrir el mercado, y sucederá
al i7-4770K y i7-4790K.
El Core i5-6600K será el sucesor
del i5-4670K y el i5-4690K. Un punto a tener en cuenta antes de continuar:
no serán compatibles con las board´s existentes porque utilizarán un nuevo socket LGA-1151. A cambio, tendrán nuevo chipset
serie 100 (versiones B150, H110, Q150, Q170, Z150 y Z170) que ofrecerá
soporte para nuevas tecnologías y estándares, por ejemplo DDR4, PCIe 4.0 y
SATA Express. Se comenta que la controladora de memoria soportará también DDR3
por lo que podríamos aprovechar módulos actuales.
Por la información -oficiosa-
que hemos visto hasta ahora, Intel comercializaría una decena de modelos
Skylake S para PCs de sobremesa. Todos con cuatro núcleos
de procesamiento nativo a distintas frecuencias, con ocho hilos
en algunos de ellos bajo HyperThreading, caché de tercer nivel de 6 a 8 Mbytes,
TDP de 25 a 95 vatios y gráfica integrada de la que se desconoce el modelo.
El tope de gama sería el Core
i7-6700K, ocho hilos con frecuencia de trabajo hasta 4,2 GHz,
TDP 95 vatios y multiplicador desbloqueado para facilitar el
overclocking. Los primeros benchmarks han aparecido en Internet y nos ponen sobre la
pista de su rendimiento comparado con los modelos actuales:
Estas filtraciones respecto al Intel Core
i7-6700K nos plantean el lanzamiento de esta nueva
CPU tope de gama para la familia Skylake-S en un
nuevo fiasco para los gamers, ya que, de ser
ciertas las primeras filtraciones, Intel
seguiría lanzando nuevas CPUs levemente más potentes que su anterior generación, lo que se resume en una muy mala
inversión para aquellos que ya cuenten con equipos basados en CPUs “K” de 3ª o 4ª Generación.
En dichas filtraciones, se muestra como el Intel Core
i7-6700K está en términos de rendimiento entre el
Core i7-4790K y el Core i7-5820K (ofreciendo de media un rendimiento 15 por ciento superior al
Core i7-4790K), unos datos realmente poco esperanzadores para los usuarios
más exigentes, ya que se esperaba que con el salto a los 14 nm su potencia aumentara considerablemente, pero al
final habrá que conformarse con lo que ya nos tiene acostumbrada la compañía,
un mejora en torno al 5 por ciento de rendimiento entre generación y generación, junto a las mejoras de consumo, ya que el Core i7-6700K tiene un TDP de 65W frente a los 88W del Core i7-4790K frente a los 144W del Core i7-5820K (6 núcleos el modelo “inferior” de los
Haswell-E).
La única ventaja palpable sería la
posibilidad de usar la memoria DDR4, pero con
el elevado costo de esta memoria quitan el poco atractivo que le quedaba
al uso del socket LGA1151.
Soportará memorias DDR3 y DDR4, por lo que dependerá de los fabricantes
de placas el dar la opción a los consumidores para poder montar estos chips con
una u otra memoria. Algo así lo pudimos ver cuando llegaron las DDR3 al
mercado, incluso con alguna placa que podía soportar los dos tipos de memoria
con slots diferenciados.
Las pruebas
-si son reales- suelen provenir de muestras de ingeniería que entrega Intel a sus
socios. Pronto comprobaríamos su veracidad porque Intel lanzaría
los Skylake-S en la conferencia IDF que se celebrará en San Francisco en el mes de agosto. Por
fin los 14 nm llegarían a los PCs de sobremesa.
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